Friday, November 17, 2006

La herencia de gobiernos "bárbaros"...! !viva el gobierno!... !viva!" ,! viva la democracia...! ! viva !" , ! viva la constitución !... !viva !", "el trato es, seguro, defender las tranzas hechas en el pasado". "como se agenciaron estos terrenos"? ?quien sabe...? ?cual es el interés legitimo de los sud californianos...?, "que importa". aquí si seguro, apelaran "puntualmente a la ley", "como lo hacen siempre", pregunten le a Berta Romero Collins y a muchos sud californios" que han perdido sus propiedades, que se las han "robado", "timado", "tarnzado" "viva el sistema jurídico en mexico"... !!! bbbbrrrrrrrddddrrrrrrrrrrrrrrrr...!!!

articulo de Sandino Gamez
Balandra: "El turístico progreso"
Miguel Alemán Valdez no fue el primer presidente en utilizar su poder para hacer negocios privados, pero fue el más visionario, especialmente como especulador de terrenos. La mayor iniciativa de su sexenio para beneficio del país fue la creación de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Coyoacán, y se cobró muy bien el servicio: previamente a la expropiación de los terrenos donde se construiría la Universidad, el presidente Miguel Alemán se había hecho propietario de casi todos los alrededores, en particular de los predios de lo que sería en poco tiempo la zona residencial más exclusiva del sur de la Ciudad de México, el Pedregal de San Ángel. Fué también durante su sexenio cuando se hizo dueño de una cercana playa al norte de La Paz, Baja California Sur, El Caimancito. Ahí, con dinero público, le fue construida una casa de descanso. El único legado tangible que dejó a los sudcalifornianos al terminar su mandato fue esa casa, destinada hasta 1999 para vivienda y solaz de sus gobernadores. Apenas ahora nos hemos enterado de que el presidente Miguel Alemán fue mucho más previsor de lo que se pensaba: gracias a su poder político y económico se había apropiado no sólo de un pedazo sino de grandes extensiones de tierra junto a las playas más bellas al norte de La Paz, y hoy uno de sus nietos viene a cobrar los servicios prestados por el abuelo. La familia Alemán, a través de sus voceros en Baja California Sur, ha hecho público que posee en propiedad, desde hace más de treinta años, todo lo que no es zona federal en las playas de Balandra y El Tecolote. Hace más de treinta años, cabe recordar, Baja California Sur era un territorio federal, por lo que la autoridad local no podía expedir títulos de propiedad. Así, los títulos que dicen poseer los herederos del presidente Alemán fueron expedidos desde la Ciudad de México hace más de treinta años, cuando desde la capital del país, como es ampliamente conocido, podía hacerse cualquier cosa, especialmente si se era el presidente de la república. Los herederos del presidente Alemán han venido a interesarse por su derecho de propiedad en Balandra y El Tecolote hasta que vieron la posibilidad de especular con esas playas gracias al proyecto federal Escalera Náutica, mientras que el pueblo sudcaliforniano ha invertido muchos millones de pesos en vías de acceso a esos lugares y los ha preservado inmaculados durante décadas. El Ayuntamiento de La Paz en 2004, por iniciativa de su cabildo, decretó, en uso de los poderes que la constitución local y la federal le atribuyen, que la zona de Balandra es reserva ecológica del municipio de La Paz, de tal forma que el ayuntamiento puede planear el tipo de servicios que se han de ofrecer ahí; especialmente, el decreto impide la creación de un desarrollo turístico de mediano o alto nivel o la existencia de un asentamiento humano. Naturalmente, pues su objetivo es crear un nuevo Cancún, los herederos Alemán han recurrido ante el poder judicial para obtener un amparo. Un juez de distrito ha determinado el 2 de junio pasado, que el ayuntamiento debe revocar el decreto.Incluso antes de esta determinación judicial, nos hemos enterado por la nota principal de El Sudcaliforniano (viernes 27 de mayo de 2005), que el proyecto nunca se ha detenido, y cuenta con la anuencia del gobernador. Se habla de cinco mil empleos y una inversión de 400 millones de dólares. Es decir, el objetivo de los Alemán niega a los paceños la posibilidad de ordenar el crecimiento de su municipio, pues no considera cumplir el decreto del Ayuntamiento de La Paz y planea de hecho la construcción de una nueva ciudad en la zona de Balandra-El Tecolote. El 28 de mayo, al día siguiente de la declaración del gobernador, en una reunión política el presidente municipal Víctor Castro Cosío dio a entender que apoya el desarrollo turístico de Balandra: “Imagínense lo que representan cinco mil empleos para la ciudad de La Paz”, dijo. Sin embargo, parece que el nuevo alcalde no se imagina las consecuencias sobre la propiedad de la tierra y sobre el acceso a los recursos naturales que tendrá el legitimar la propiedad de los Alemán sobre Balandra. Es indignante, por decir lo menos, que a la opinión pública y a los ciudadanos sudcalifornianos se les continúe ofreciendo una pobre propaganda sobre los efectos benéficos del desarrollo turístico en la entidad. El desarrollo turístico, tal como lo están planteando los grandes empresarios locales y las autoridades federales, es algo que no han escogido los sudcalifornianos y los afecta directamente, en su presente y su futuro. La Paz tendrá un proceso natural de crecimiento si los sudcalifornianos se muestran inteligentes y preservan los recursos naturales que les ha caído en suerte poseer; no a la inversa, permitiendo que su paisaje y sus recursos naturales se privaticen. El turismo, al estilo de Los Cabos —el modelo que se está siguiendo—, inicia el encarecimiento de la vida de los ciudadanos, deprecia las actividades económicas primarias y secundarias, aumenta los precios por el intermediarismo y subordina el futuro de la entidad a la inversión externa, es decir, no ayuda a mejorar la economía local, sino que la hace dependiente de factores y voluntades que no tienen nada que ver con los sudcalifornianos. En este mismo sentido obsérvese la promesa de libre acceso a las playas y respeto a la ecología intocada de los lugares cuando estén en funcionamiento los “desarrollos turísticos”. La primera acción que hacen los nuevos o viejos propietarios una vez que van a fraccionar y a revender los terrenos frente a la playa, es lo que hicieron los Alemán: construir una barda perimetral para alejar a los sudcalifornianos de lo que consideran son sus terrenos. Mírese también el argumento para encarecer el precio del transporte público en Todos Santos, San José y San Lucas: que debe ser elevado porque está destinado para turistas. El turismo puede ser una estrategia de desarrollo económico, pero sólo si existe un plan donde las ganancias producto de ese sector se encuentran destinadas al desarrollo de los otros sectores productivos. Pero aquí no es el caso: la inversión turística ha sido justificada por sí misma; no porque vaya a destinarse en un futuro cercano a la creación de empleos de nivel medio o alto, al desarrollo de otras actividades productivas o a la construcción de una entidad con una distribución equitativa de la riqueza. Por el contrario, los hoteles, condominios, marinas y ejércitos de turistas que habrán de llegar a disfrutar de Balandra, El Tecolote, El Coyote, El Sargento, Punta Arenas y Bahía de Muertos, sólo vendrán a remarcar algo que sucede ya en el litoral que va de Los Barriles-Buena Vista hasta Todos Santos, pasando por Los Cabos y que pronto se habrá de repetir en todo el Golfo de California: mexicano, sudcaliforniano, paceño: no sabías que vivías en el paraíso, ahora te vamos a enseñar lo que podemos hacer con él, mucho dinero. Mantén limpias las playas, no ensucies el paisaje, llévate tu basura cuando abandones el lugar. Si te portas bien, quizá sigamos permitiendo que entres por una brecha a nuestras playas, si no, recuerda: estás en propiedad privada. Si avalamos con nuestro silencio la privatización de Balandra vamos a perder no sólo la capacidad para decidir nuestro destino, como cuando permitimos que todo El Mogote pasara a manos privadas, pudiendo reservar una parte para sostener a los sudcalifornianos del futuro.Los sudcalifornianos del presente podemos hacer algo parecido a lo hecho por el presidente Miguel Alemán en su tiempo, pero lo nuestro será más noble pues tendrá una finalidad colectiva, y no particular como la suya. Debemos apoyar el decreto del Ayuntamiento paceño y debemos pensar cómo impedir que los sudcalifornianos del presente quedemos encerrados en una reserva al interior de nuestros pueblos y ciudades mientras todo lo de afuera se convierte en una propiedad privada sin beneficios verdaderos para nosotros. Si la administración de Castro Cosío no puede sostener la vigencia del decreto del ayuntamiento anterior y nuestros diputados federales y locales nada se interesan por este punto, tendremos un ejemplo más que simbólico para comprobar lo que hemos venido sospechando desde hace algún tiempo: que a los gobernantes y a los representantes del pueblo ante el Estado les interesa más la propiedad privada que el patrimonio público, y que se mueven en sus cargos más por un afán de autosuperación que por el bienestar colectivo. Hay que preguntarles: ¿debemos enseñar a nuestros hijos a ser serviles para que puedan trabajar en este nuevo paraíso turístico que será Baja California Sur?, ¿debemos enseñar leyes a nuestras hijas para que se casen con ventajas con los nuevos propietarios de la tierra? ¿Cuál es el futuro que creen que están construyendo nuestros gobernantes? Por qué sólo el turismo.Por qué sólo la venta de la tierra.Por qué sólo empleos en servicios. Por qué sólo ingenuidad y no ingenio.
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Fotografo Alfonso Cardona Sanchez Tel. 01 (646) 156 12 95 cel. (612) 153 91 81cardonaalfonso@yahoo.com.mx

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